Basilio Argimón es el personaje principal del cuento AD ASTRA de Haroldo Conti. "Hacia los astros" relata la historia de un soñador. "...Aquí y allá, en este y otros tiempos, había, hubo siempre algún solitario ejemplar de esa reducida pero inextinguible raza de soñadores que son la sal del mundo y a la cual pertenecen en grado heroico los hombres voladores..."
En su buhardilla, el inventor, no sólo creaba las alas y arreos novedosos para poder volar, imitando a las aves, sino que celebraba una serie de ritos, los ritos de la soledad del hombre o, mejor dicho los de su relación con lo trascendente.
En esta casa nacimos para volar y permanecer como Argimón "... así, en ese momento, suspendido entre el cielo y la tierra, estaba él..."


martes, 2 de marzo de 2021

Tertulia de patio

La noche del 26 de febrero, víspera de luna llena, fue de inauguración y celebración, sin dudas, pero todo empezó a gestarse unos meses antes con la idea de resignificar espacios en la casa.

Primero fue un garaje que ya no se utilizaba como tal; y antes que primero, un lugar de paso que empezó a colmarse de plantas a lo largo del tiempo. 

Con Dany, mi amoroso compañero, empezamos a pintar y a dejar como nuevo lo que hacía muchos años había albergado un auto. Elegimos los mejores colores que pudimos combinar y todo empezó a cobrar otro sentido.

Días antes habían terminado de hacer la puerta de mis sueños en ese mismo lugar así que la pintura embelleció aún más las intenciones.





Fotos gentileza de Tolhuin

Por fin, una vez que, deseosos del encuentro, creímos estar en condiciones, abrimos el garaje y el patio a una tertulia.



Resignificados, intenciones, nuevos sentidos, ganas de presencialidad, agradecimientos...

Y podríamos describir paso a paso lo maravilloso que fue el encuentro: las lecturas, juegos, chistes, canciones que se hicieron presentes, las delicias que saboreamos y las sensaciones/emociones que nos quedaron después, pero quienes estuvieron presentes lo hicieron tan bien y con tan amorosas palabras que lo compartimos a continuación.

🐱Volver a Argimón de Gustavo D'Orazio

Hubo que esperar. La Pandemia. La Cuarentena Eterna. Lo hicimos bien. Con distancia y barbijos. Nos besamos con los ojos, apenas nos rozamos. El colorido garage cultural lo decía todo, pintado de verde y una guarda irregular que le otorgaba vida y sinuosidad, entre rosas y lila. Luz de kermés animada, banderitas tejidas al crochet y plantas, muchas plantas, para un patio bosque o selva, pletórico de amor y ganas.

Un amor que nos abrazó desde el primer instante. Entre vinitos cautos, risa, poemas, relatos y una canción clásica, los anfitriones pudieron todo. Colocar sobre Castelar una luna inmensa. Abrir, con aforo, en una noche serena esa apuesta que es espacio de creación, y volver a una tertulia divertida, sensible e inteligente. Con recuerdos, autores, libros, gatos muy amigables, atentos a los cuentos, al histrionismo de cada invitado, hubo duendes y sílabas para sentirse cómodo y prolongar la velada. Fuimos amigas y amigos sentados bajo la luz de la luna, entre cactus y flores, riendo y narrando historias y mundos propios (y ajenos), recordándole a la vida que aún estamos para crear y brindar, para mirarnos y reinaugurar un camino de ida.

De Ana María Oddo

Un patio abierto a los amigos y a la luna y el disfrute enorme de volver a nuestras ansiadas tertulias, como quien vuelve a su querencia. Y la alegría adicional de reinaugurar ese espacio tan bello, lleno de luz, lleno de plantas, lleno de compartires. ¿Se dieron cuenta de que fue con pileta? 

Las tertulias son altamente saludables porque refuerzan nuestras defensas poéticas, nos vacunan contra el tedio, activan la creatividad, masajean el corazón e inyectan una y otra vez los nutrientes de la amistad. Eso sí, requieren un ambiente bello, lleno de plantas, macetas varias y, si es posible, iluminado por la luna.❤️❤️❤️❤️

De María Gabriela Moreno

Algunas postales de una noche mágica en la Casa de Argimon 💜 Amistad, reencuentros reparadores, los patios y el amor en todas manifestaciones. Lecturas, canto y poesia. Y siempre las plantas y los gatos acompañando la velada...

 


























Fotos de Ana, de Gabi, de Dafne durante el encuentro.

miércoles, 15 de mayo de 2019

La palangana.



Cansada de servir a pies sucios, hinchados y malolientes y a otros lavajes extraordinarios, se rajó.
Ahora es feliz, se siente maceta y prefiere cactus y crasas antes que volver al agua tibia y salada de entonces.

domingo, 27 de mayo de 2018

Proyecto de vereda. Amamos las plantas.

El jueves 24 de mayo nos levantamos casi al mediodía. Cuando nos pusimos a contar lo que habíamos soñado nos dimos cuenta de que coincidíamos en los relatos.
Así empezó a concretarse este proyecto.

Primer día, 24 de mayo:
Hicimos un cartel con el que habíamos estado soñando. A las 14:00 lo pegamos en el portón del garaje de Argimón y sacamos a la vereda 4 o 5 plantas de Aloe Vera (sábila, áloe de Barbados o áloe de Curazao) en unas botellas de plástico con tierra que oficiaron de macetas.
Fue raro, nos daba alegría y cierta vergüenza o pudor a la vez.



Entramos. Hasta nos olvidamos de que estaba "eso" allí afuera. Nos pusimos a hacer cosas en la casa.
Entre idas y vueltas , llegamos nuevamente al garaje, del lado de adentro.
Desde allí se ven, por una abertura en la parte inferior del portón, las bases de las macetas y los pies de la gente que pasa y se detiene cerca a leer o a tomar una de las plantas.
Con ese asombro clandestino que nos invadía escuchamos el diálogo entre una voz infantil y la de una madre:

-Voy a llevar una.
-No, ya tenemos de esa en casa. Dejale para el que no tiene.
-Pero yo le quiero llevar a tía Leti
-No vamos de Leti ahora. Dejala que después le llevamos de casa.
-Bueno... (con resignación) la dejo pero después dame para la Leti, ¿eh?




Segundo día, 25 de mayo:
El proyecto empezaba a tener más voces. Del día anterior quedaron dos plantas que volvieron a la vereda a las 13:30
A las 14:00 ya no estaban.

Tercer día, 27 de mayo:
A las 11:00 salimos con un arsenal de siete macetitas~envases de queso, crema o similar que contenía cada una una plantita a la que llaman "del dinero" (Plectranthus verticillatus).
Ocurrieron dos hermosas situaciones, casi mientras las acomodábamos. La primera es que se cruzaron las nenas de enfrente con su mamá y nos intercambiaron una plantita de laurel.





Después, entre adultos, mientras las nenas reían felices, hablamos de la necesidad de tener un jardín en la vereda con el que se beneficien todos los vecinos y de la incomprensión de "otros" vecinos contra los que hay que "luchar" porque no sólo no le gustan las plantas sino que también las atacan.
La segunda situación fue el acercamiento de Lili en la bici a quien ya habíamos visto pasar hacia la avenida. Cuando volvió se detuvo y nos dijo que le encantaba lo que hacíamos y que a pesar de que esta plantita ya la tiene, se iba a llevar una que tuviera florcitas. También prometió volver con alguna otra de intercambio.
La imagen puede contener: planta, flor, bebida y naturaleza

La imagen puede contener: flor, planta, naturaleza y exterior

Como nos suele ocurrir, la conversación terminó derivándose hacia la poesía, las tertulias y los encuentros literarios.

No sabemos si vamos a escribir cada vez que salgamos con plantas y cartel a la vereda, porque charlando entre nosotrxs nos pareció que el proyecto "se nos va de las manos", no sólo por las plantitas que soltamos sino también por la proliferación de situaciones que vamos teniendo para contar.
Por lo pronto, el entusiasmo nos llevó a preparar plantitas de falso incienso (Plectranthus Coleoides Marginatus) para la próxima.
Y ahora mismo, antes de que se agoten "las del dinero", estamos escuchando al vecino que mientras habla se muere de risa leyendo el detalle del cartel con la planta del día que junto con las macetas sacamos hoy a la vereda.