La noche del 26 de febrero, víspera de luna llena, fue de inauguración y celebración, sin dudas, pero todo empezó a gestarse unos meses antes con la idea de resignificar espacios en la casa.
Primero fue un garaje que ya no se utilizaba como tal; y antes que primero, un lugar de paso que empezó a colmarse de plantas a lo largo del tiempo.
Con Dany, mi amoroso compañero, empezamos a pintar y a dejar como nuevo lo que hacía muchos años había albergado un auto. Elegimos los mejores colores que pudimos combinar y todo empezó a cobrar otro sentido.
Días antes habían terminado de hacer la puerta de mis sueños en ese mismo lugar así que la pintura embelleció aún más las intenciones.
Fotos gentileza de Tolhuin |
Por fin, una vez que, deseosos del encuentro, creímos estar en condiciones, abrimos el garaje y el patio a una tertulia.
🐱Volver a Argimón de Gustavo D'Orazio
Hubo que esperar. La Pandemia. La Cuarentena Eterna. Lo hicimos bien. Con distancia y barbijos. Nos besamos con los ojos, apenas nos rozamos. El colorido garage cultural lo decía todo, pintado de verde y una guarda irregular que le otorgaba vida y sinuosidad, entre rosas y lila. Luz de kermés animada, banderitas tejidas al crochet y plantas, muchas plantas, para un patio bosque o selva, pletórico de amor y ganas.
Un amor que nos abrazó desde el primer instante. Entre vinitos cautos, risa, poemas, relatos y una canción clásica, los anfitriones pudieron todo. Colocar sobre Castelar una luna inmensa. Abrir, con aforo, en una noche serena esa apuesta que es espacio de creación, y volver a una tertulia divertida, sensible e inteligente. Con recuerdos, autores, libros, gatos muy amigables, atentos a los cuentos, al histrionismo de cada invitado, hubo duendes y sílabas para sentirse cómodo y prolongar la velada. Fuimos amigas y amigos sentados bajo la luz de la luna, entre cactus y flores, riendo y narrando historias y mundos propios (y ajenos), recordándole a la vida que aún estamos para crear y brindar, para mirarnos y reinaugurar un camino de ida.
De Ana María Oddo
Un patio abierto a los amigos y a la luna y el disfrute enorme de volver a nuestras ansiadas tertulias, como quien vuelve a su querencia. Y la alegría adicional de reinaugurar ese espacio tan bello, lleno de luz, lleno de plantas, lleno de compartires. ¿Se dieron cuenta de que fue con pileta?
Las tertulias son altamente saludables porque refuerzan nuestras defensas poéticas, nos vacunan contra el tedio, activan la creatividad, masajean el corazón e inyectan una y otra vez los nutrientes de la amistad. Eso sí, requieren un ambiente bello, lleno de plantas, macetas varias y, si es posible, iluminado por la luna.❤️❤️❤️❤️
De María Gabriela Moreno
Algunas postales de una noche mágica en la Casa de Argimon 💜 Amistad, reencuentros reparadores, los patios y el amor en todas manifestaciones. Lecturas, canto y poesia. Y siempre las plantas y los gatos acompañando la velada...