Y decimos "auto" porque " la de Argimón" es la casa que estuvo habitando cotidianamente, dicho de una manera. En otras palabras decimos que quienes integramos el dúo vivimos en la Casa de Argimón.
Parece extraño ser artistas y anfitriones al mismo tiempo pero lo cierto es que resulta, sin muchas vueltas, una doble alegría por la cual nos debíamos escribir una breve reseña al menos.
Ambos encuentros fueron armoniosos porque a la propuesta de DVV hubo una devolución amorosa de amigas y amigos que asistieron. Devolución de miradas y "miradas", un ida y vuelta de palabras antes, durante y después de la escena, además de gran cantidad de fotografías. La sensación con cada abrazo es intransferible así como con cada sonrisa o el asomo de alguna lágrima.
Habitamos esta casa, como hemos dicho. pero cabe aclarar que nos hemos estado sintiendo cómodos en otras a lo largo y a lo ancho de las presentaciones antes y después del Garaje de Argimón. En casas un poco nuestras. En otras que hemos mencionado en diferentes escritos: Charco, Estancia Los Cuartos, Casa Fuentealba, Fundación Vignes, Casa de Anahí...
¡Y quién sabe en cuantas "casas" más llevaremos nuestro equipaje de voces para ir desplegando y combinando con otras!
También sentimos nuestra la casa en donde estuvimos esbozando los primeros pasos en Tucumán: El Arbolito, profunda casa para más datos.
Al final venimos a descubrir que somos de lo más hogareñxs.
¿Qué nos deparará el camino para los días que se vienen?
¿Las voces cálidas de quiénes nos acompañarán y nos abrigarán como en casa?...
Ya tenemos parte de la respuesta gracias a todas las casas, los patios, las veredas, las calles y a quienes habitan esos espacios; y lo que es más importante, propuesta renovada de voces, palabras e imágenes, entre otras cosas.
Fotos aportadas por amigxs asistentes el 23 de marzo y el 7 de abril. |
Juegos, objetos y alegrías DVV |
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